jueves, 5 de septiembre de 2013

Todo en un frasco

Las lágrimas caen despacio y con parsimonia, como el agua de un grifo mal cerrado, dentro del frasco que ella sujeta, con manos temblorosas.
En cada lágrima va una pena, un recuerdo tormentoso que fue acallado y hace años que pugna por salir.
Siguiendo las instrucciones del brujo, espera hasta que el botecito esta lleno y lo tapa bien, con cuidado de no derramar nada.Ella lo admira en silencio; en esto se queda su llanto, su tristeza, su desesperación. En un par de gotas de agua salada. 
Por un momento, la desaprobación se refleja en su rostro, en una riña a sí misma por creer en las palabras de un joven que se alimenta con las desdichas de los demás.
Pero es lo que le queda, su última esperanza. Su dios le ha fallado, arrebatándole todo lo que aún ama; ¿qué más puede perder? Su maltrecha dignidad ya no sirve de mucho. 
Observa su reflejo en el mar y tira el frasco, dejando que las olas se lleven todos los malos momentos de su vida.
"Funcionará"-le había asegurado el brujo-"Todos los males se irán".
Comenzando a sentir un cosquilleo que se extiende por todo el cuerpo, ella sonríe. ¿Por qué está en la playa? Ya no lo recuerda. En su mente solo hay tres recuerdos: su nombre, su dirección y el rumbo de su vida.
Ella se llama Natalia García, y tiene 25 años. Vive a dos calles de esta playa, donde jugaba de pequeña.
Y va a vivir el hoy como si no hubiera mañana.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Que pasaría si...?

¿Que pasaría si todo fuera diferente, pero para bien? ¿Si solo se pudiera llorar de alegría? ¿Si la culpabilidad solo viniera a ti cuando comes mucho, a pesar de estar en medio de la operación bikini? ¿Si la peleas se limitaran a dos niños gritando por un juguete? ¿Si las guerras fueran anécdotas, que cuentan las abuelas, sobre siglos pasados? ¿Si tu primer amor fuera el único y verdadero? ¿Si la muerte no tocara tu vida hasta que te sintieras libre, realizado y en paz contigo mismo? ¿Si el hambre desapareciera del mundo? ¿Si el dinero tan sólo fuera papel? ¿Si la naturaleza fuera tratada como el tesoro que es en verdad? ¿Si los secuestradores fueran historias que les cuentas a tus hijos para que obedezcan y no hablen con desconocidos?  
Para todas esas preguntas solo existe una respuesta. Si todo esto ocurriera, el mundo no sería perfecto. Porque si no lloras de tristeza te faltan sentimientos. Si no te sientes culpable, no tienes corazón. Si no peleas, no aprendes a controlarte. Si no hay guerras, no hay paz. Sin rupturas, tu corazón no sabrá curarse por si solo. Si tú mismo no sientes hambre, no tendrás empatía por los que la padecen. Si no destruyes la naturaleza, no la apreciarás después. Si no tienes miedo de que te quiten lo que amas, no aprenderás a aprovechar cada día que paséis juntos.
Porque el mundo necesita este equilibrio, y, sin él, sería como hacer funcionar un reloj con la mitad de los engranajes.
Por eso, yo creo que el mundo es "imperfecto" tal y como está.

Marie

"Mea culpa, mea maxima culpa".
Estas palabras son lo último que me esperaba oír de sus labios.
-No es solo tu culpa, Shaun. También yo fui descuidada.
-Pero es tu vida la que cambiará radicalmente, no la mía. Tú solo tienes dos opciones.
-No pienso deshacerme de ella.
-Vale, una opción. Yo puedo hacer infinidad de cosas; tengo la posibilidad de elegir.
-Para ya. Se supone que soy yo la que tendría que estar dando vueltas por la sala de espera.
-Estoy nervioso. Tu padre me va a matar cuando sepa lo que he hecho.
-Lo que hemos hecho. Si no te estás quieto ya, te pegaré con superglue al sillón.
-Sé que lo harás.
-Por supuesto.
-¿Cuánto tiempo falta?
-Nada, ahí viene la enfermera.
-¿Son ustedes Shaun y Mikaela?- su voz era muy chillona.
-Sí, somos nosotros.
-Sólo quería informarles que su hija está perfectamente. Pueden acompañarme, por aquí.
La habitación era demasiado lúgubre, pero su visión hizo que eso no importara.
-¿Es esa Marie?- su pequeño cuerpo de dos años parecía ileso.
-Sí, es ella. Solo necesita un poco de reposo.- Hizo una larga pausa.- Entonces, ¿aceptan la adopción completa?
-Por supuesto que sí.
-¿Estás segura, Mikaela?
-Claro, Shaun. Me deshice de ella una vez. No lo volveré a hacer.