domingo, 1 de septiembre de 2013

Marie

"Mea culpa, mea maxima culpa".
Estas palabras son lo último que me esperaba oír de sus labios.
-No es solo tu culpa, Shaun. También yo fui descuidada.
-Pero es tu vida la que cambiará radicalmente, no la mía. Tú solo tienes dos opciones.
-No pienso deshacerme de ella.
-Vale, una opción. Yo puedo hacer infinidad de cosas; tengo la posibilidad de elegir.
-Para ya. Se supone que soy yo la que tendría que estar dando vueltas por la sala de espera.
-Estoy nervioso. Tu padre me va a matar cuando sepa lo que he hecho.
-Lo que hemos hecho. Si no te estás quieto ya, te pegaré con superglue al sillón.
-Sé que lo harás.
-Por supuesto.
-¿Cuánto tiempo falta?
-Nada, ahí viene la enfermera.
-¿Son ustedes Shaun y Mikaela?- su voz era muy chillona.
-Sí, somos nosotros.
-Sólo quería informarles que su hija está perfectamente. Pueden acompañarme, por aquí.
La habitación era demasiado lúgubre, pero su visión hizo que eso no importara.
-¿Es esa Marie?- su pequeño cuerpo de dos años parecía ileso.
-Sí, es ella. Solo necesita un poco de reposo.- Hizo una larga pausa.- Entonces, ¿aceptan la adopción completa?
-Por supuesto que sí.
-¿Estás segura, Mikaela?
-Claro, Shaun. Me deshice de ella una vez. No lo volveré a hacer.

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